El Purussaurus emerge de las oscuras aguas como una pesadilla prehistórica. Su enorme mandíbula chasquea con una fuerza capaz de aplastar un vehículo de un solo golpe. Cubierto de gruesas escamas oscuras, se mueve silenciosamente antes de atacar con una brutalidad fulminante. Reina supremo sobre los densos y fangosos ríos de la isla de Saint-Hubert. Incluso los dinosaurios acuáticos más grandes dudan en acercarse a él. Cuando emerge en el acto final de la película, lo hace para perturbar el equilibrio de los depredadores y sumergir a los humanos en un terror gélido.