El Papa León XIV se encuentra en el balcón central de la Basílica de San Pedro. Bendijo a la multitud reunida en la plaza con un gesto solemne de la mano. La luz del día ilumina su figura vestida con ricos ornamentos litúrgicos. Abajo, miles de fieles llenan la Plaza de San Pedro en silencio. En el centro se encuentra el obelisco, rodeado por las famosas columnatas. Este momento marca la primera aparición pública del nuevo soberano pontífice ante el mundo.